Ahora me toca hablar a mí.

Calla. Solo escucha. Ahora me toca hablar a mí. 

No voy a comerte la oreja prometiéndote la luna o diciéndote que estaré a tu lado en todo momento para después desaparecer y no volver a dar señales de vida, pero si voy a decirte todo lo que siento.

El tiempo curó mis heridas, las heridas que dejaste en mi corazón cuando te fuiste. Se que no soy la misma, tu actitud me cambió y, créeme, no te estoy agradecida por ello. 

Durante un tiempo vi como el mundo se derrumbaba a mis pies, sentí un gran vacío dentro de mí; pero después, todo eso cambió, ahora miro hacia el frente, hacia el futuro, y tú, al igual que todas tu promesas rotas, desapareciste de él. 

Dejé de pensar en lo que pudo haber sido y empecé a pensar en lo que será a partir de ahora; ya no dejaré que nadie me ilusione con falsos "te quiero", pero sí estaré dispuesta a sentir e ilusionarme de nuevo.

Grita a los cuatro vientos

Estoy cansada de levantarme por las mañanas con ganas de quedarme en la cama y arroparme la cabeza para aislarme, en mi burbuja, del mundo real. Estoy cansada de acostarme por las noches y pensar "hoy no ha sido un buen día", o de esperar que pasen cosas que se que jamás pasarán. Pero, ¿sabes qué?, ya todo me da igual. Me da igual si ríes o lloras, me da igual si sueñas, o si todo lo que vives es real; me da igual si te peinas de un modo diferente, e incluso la música que te ha dado por escuchar; me da igual que pienses en otra, que te lamentes o que guardes silencio en lugar de hablar. 
Y es que he aprendido que después de ti hay mucho más, que no todo se ciñe a tu cintura, ni se limita en tu mirada. Que ha llegado la hora de salir a bailar y a gritar a los cuatro vientos que necesito a alguien que me quiera de verdad.

Olvidar.

Sentada frente a un papel, con un bolígrafo en la mano, vuela la imaginación por la habitación. Hay miles de temas sobre los que podría escribir, miles de preocupaciones que plasmar, y lo único que encuentro en mi cabeza... eres tú. Guardo el corazón en un bolsillo y tus caricias, las escondo en un rincón. 
Me he propuesto olvidarte, olvidar que algún día fuiste alguien importante, alguien que creó una ilusión en mí; olvidar que jugaste conmigo y que ahora ya no estás aquí. 

¿Y ahora qué?

Con desgana, me quito la mascara que diariamente dibuja esa sonrisa en mi cara, miro al frente y no veo nada, mirada perdida, jodidamente hundida. ¿Que te crees que siempre todo me va bien? ¿Que en mi vida todo es perfecto? Pues no, no lo es. La verdad, las cosas no me van tan bien como me gustaría que fueran. Ya he perdido demasiadas veces ese jodido tren y ya me he cansado de ser la chica de la sonrisa eterna, a la que nunca le pasa nada y todo le va bien. He decepcionado a demasiada gente, he cometido demasiados errores y he perdido demasiadas cosas sin ganar nada a cambio. ¿Y ahora qué? Pues ahora simplemente me toca esperar a que el tren vuelva a pasar otra vez.

Bipolar.

Y ahora, después de intentar fingir que no te amo sin éxito, me abandonas. Te queda grande mi amor y te rindes. Me siento como si me hubieran tirado de la planta más alta de aquel rascacielos. Y lo peor, es que sigue sin importarte nada.
Siempre has sido un inmaduro y nunca me di cuenta. Jamás supiste amar aunque yo siempre pensé lo contrario.
Creía que había podido olvidar que un día sentí algo enorme por ti, pero no. Cada vez que pienso en tu mirada, esa que tanto me gustaba, en tu voz, esa que tan bonita me parecía, o simplemente escucho determinadas canciones, un escalofrío recorre mi cuerpo.

Y yo también me vuelvo bipolar. Es un querer tenerte pero no poder, o un poder tenerte pero no querer.

Simplemente necesitarte a mi lado, pero no querer que vuelvas para no darte la oportunidad de que vuelvas a marcharte.  

Soy yo.

Soy de las que sale bailando empapada de la ducha. De las que cuando tienen un día estresado lo pagan con el que no debe. De las que a veces se siente mejor estando sola. De las que van con el miedo a fallar y no se entregan. De las que escribe su nombre en los cristales empañados y luego lo borra intentando convencerse de que no volverá a hacerlo. De las que se quedan hasta las tantas. De las que se emocionan cuando bailan en las fiestas. De las que se mojan. De las que piensan que pueden cambiar el mundo durante una noche porque lo acaban de ver en una película. De las soñadoras. De las realistas. De las que tienen expectativas. De las que no se entienden ni ellas pero saben lo que quieren. De las que son capaz de sacar una sonrisa en sus peores dias. De las que no le gusta hacer la faena. De las que les entra la risa tonta. De las que les encanta quedarse hablando toda la noche. De las que buscan magia en las palabras. De las que la música les transporta. De las que son celosas pero saben disimularlo bastante bien. De las que encuentra algo bueno en cualquier persona. De las que se quedan tumbadas en la cama pensando un por qué, y se da cuenta de que casi nada lo tiene.

Caminos.

Hoy, por diferentes cosas que han sucedido, me he dado cuenta de que estamos tan centrados en nuestros planes, en nuestros problemas, en nuestra pequeña burbuja que posee su propia atmósfera... que no nos damos cuenta de que la vida es más simple que todo eso, más simple que romperse la cabeza por cada impedimento que te ponga el camino a ser feliz, por cada cosa triste que veas, por cada plan no llevado a cabo.
Creo que no nos debemos de parar a pensar tampoco el qué dirán de nosotros, el si están orgullosos o no de lo que hacemos. Además, a veces el único orgullo que importa es el propio.
Nos centramos en realizar esa búsqueda de la felicidad por los lugares más radicales que se pueden pensar, sabiendo que sin duda es el camino lo que te va a hacer feliz.
¿De qué sirve vivir una vida que han elegido para tí o que tu mismo piensas que es la adecuada y en realidad no encuentras felicidad en ella?, ¿Por qué no tratamos de buscar nuestras metas independientemente de si nos equivoquemos o no?
Y es que no nos damos cuenta de que la mayor equivocación es no hacer algo por el miedo a equivocarse.

Cambios.

Cambios. Mi vida a cambiado mucho en pocos días. He cambiado de ciudad, he empezado una nueva etapa, he conocido gente nueva y he aprendido lo que es extrañar a personas que antes estaban a mi lado todos los días. Se que nada es sencillo cuando se empieza puesto que adaptarse a los cambios siempre ha sido una tarea bastante complicada. Tengo miedo de verme sola en algunas situaciones en las que antes estaba arropada por mi familia y mis amigos, pero supongo que es cuestión de adaptarse, de formar mi propio mundo aquí, de mirar el día a día con otros ojos. Con unos ojos llenos de ilusión por conocer, por explorar, por sentir y experimentar situaciones nuevas. Y sí, tengo miedo, pero también inquietud por descubrir lo que esta nueva etapa en mi vida me depara.

Fragilidad.

En ocasiones una agradable brisa marina puede derrumbar tu castillo de naipes, una insignificante ola puede tambalear tu pequeño barquito de papel, y una simple caricia puede hacer que todos tus esquemas vibren hasta romperse.
En segundos tu vida puede cambiar drásticamente y sin marcha atrás, y eso te hace frágil. Pasas de la más absoluta y completa felicidad a la melancolía o tristeza en cuestión de segundos, y lo peor es que tus sentimientos no te piden permiso para hacerlo.
Muchos cambios están por llegar en mi vida y no me siento preparada para ellos. Nadie te da un libro de instrucciones que te explique como afrontar cada situación o como hacerte más fuerte o incluso inmune a esa fragilidad y eso me asusta.

Dicen...

Dicen que en boca cerrada no entran moscas, que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y que tres son multitud. Dicen que vivir en la república independiente de tu casa te permite hacer fiestas aunque todo vaya mal. Que iban dos y se cayó el del medio, que todo lo que entra, sale y todo lo compartido es mucho más divertido. Se dice que hay tres tristes tigres comiendo trigo en un trigal, un cielo encapotado, una aguja en un pajar, un pájaro en mano y sobretodo ciento volando.
Dicen que había tres cerditos y tres casas, y que soplando, soplando... desnudaron a los tres mosqueteros y los convirtieron en Geishas. Dicen también, que dos son equilibrio y que con tres la balanza lo pierde, aunque no hay mal que por bien no venga, porque más vale prevenir que curar. Sin embargo ¿qué más da?, si todo lo que sube, baja; todo lo que empieza termina; y todo lo olvidado, algún día se recordará.

Corre riesgos en tu vida.

Hoy me he levantado con ganas de comerme el mundo. Con ganas de que esa sensación de miedo que me ha acompañado durante tanto tiempo a lo largo de mi vida, desaparezca de ella para siempre. Ya no seré la niña que se acurrucaba debajo de las sábanas o que iba corriendo a buscar los brazos de su madre, simplemente para sentirse protegida.
Y es que existen muchos tipos de miedos, y muchos de ellos han estado experimentados en mi propia piel; está el miedo a perder a alguien querido, el miedo a la desilusión, el miedo a no conseguir lo que deseamos, o incluso el miedo al "qué dirán". Lo peor de todo es que a veces nos dejamos llevar por ellos y decimos "no" cuando en realidad queríamos decir que sí. O nos callamos cuando queríamos gritar, y gritamos a todos cuando deberíamos cerrar la boca.
Pues bien, hoy me he dado cuenta de que no hay que dejar que nuestros temores se adueñen o se apoderen de nosotros, que hay que vivir la vida arriesgando cada momento, y que si algo sale mal, lo siguiente saldrá bien. Después de todo cada mañana que nos despertamos comenzamos un día único que jamás va a volverse a repetir, y eso, ya es buen motivo para disfrutar de él y sacarle el máximo partido. Por eso te invito a soñar, a disfrutar y sobretodo a hacer algo que nunca antes habías hecho y que te mueras por hacer. Sí, olvida que te puedan juzgar, corre el riesgo, se tu mismo. Créeme, no hay nada mejor que dormir con la sensación de haber hecho todo lo que querías hacer.

Locuras.

Y cantar bajo la lluvia ante las atentas miradas de aquellas personas que expectantes me observan. Dejar que esta me cale hasta los huesos, cerrar los ojos y sentir como mi rostro se llena lentamente de diminutas gotitas de agua. Morirme de frío hasta que vengas y me beses como nunca antes habías besado a nadie.
Gritar a los cuatro vientos subida al banco de una plaza que eres feliz y que nadie podrá jamás arrebatarte esa sonrisa de la cara.
Locuras. Todos las hemos hecho alguna vez, y afortunadamente seguirán formando parte de nuestra vida. Y es que, ¿qué es una vida sin locuras? nada. "¿Nada?" te preguntarás, pues sí, piénsalo bien, las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad.

Los quiero yo más... :)

Ellos. Los que con una simple llamada de teléfono son capaces de sacarme una sonrisa. Los que con sus tonterías son capaces de alegrarme el día y hacer que me ría a carcajadas durante un largo rato. Los que aún estando lejos, de vacaciones, intentan de alguna forma estar cerca de mí. Aquellos a los que tienes que extrañar por narices porque se hacen querer. Los que te hacen sentir especial simplemente con decir "locarra", "churrina", "hergirl", "para ya de cantar que me tienes la cabeza loca", "¿cómo está mi enferma favorita?", "dameuntoquesiteaburres.com", "vamonos a correr", "hola la" o un simple "te echo de menos apolo hembra".
Son ese tipo de personas que conoces en diferentes momentos de tu vida y que por "H" o por "B" llegan a formar gran parte de ella.
Sí, algunas personas dicen que es difícil encontrar un buen amigo, no dudo que su razón puedan llegar a tener, pero yo no estoy de acuerdo, y me siento afortunada por poder "no estarlo", y no porque tenga un buen amigo, sino porque tengo más de uno. Cada uno de ellos diferente, cada uno es un mundo distinto al resto, pero todos son inigualables e insuperables para mí.

Shakespeare dijo...

He descubierto que todo lo escrito sobre el amor es verdad. Shakespeare dijo: "Los viajes terminan en encuentros de amantes". Que extraordinaria idea. En lo personal yo no he experimentado nada remotamente parecido pero pienso que Shakespeare sí.
Supongo que pienso en el amor más de lo que debería, me asombra el poder que tiene para alterar y definir nuestras vidas.
Shakespeare también dijo: "El amor es ciego". Eso es algo que se que es verdad.
Para algunos, inexplicablemente, el amor se desvanece. Otros simplemente lo pierden. También se puede encontrar el amor y que solo dure una noche.
Por otro lado encontramos otra clase de amor, el amor más cruel, el que casi mata a sus víctimas, ese al que llamamos "amor no correspondido". En ese soy una experta.
Las historias de amor son de personas que se enamoran mutuamente, ¿y los demás?, ¿dónde están nuestras historias? De los que nos enamoramos solos, las víctimas de un romance desequilibrado, los no amados, los heridos.

Destino.

El destino a veces juega malas pasadas. En numerosas ocasiones debemos echarle en cara la cruda realidad, las putadas que nos hace. Echarle en cara las cosas malas de la vida. Sí, tenéis razón, quizás el destino sea injusto en ciertas ocasiones, pero yo, hoy por hoy, solo puedo estarle agradecida. Debo darle las gracias por conocer a personas que me han hecho ser la persona que soy ahora, las gracias por tener todo lo que necesito, por tener a tan grandes amigos, amigos que aún estando lejos son capaces de sacarte una sonrisa. También debo agradecerle por tener a mi familia, una familia que no cambiaría por nada del mundo. Debo darle las gracias por encotraros a todos en mi camino. ¿Cómo le voy a echar en cara nada al destino, si gracias a él, SOY FELIZ?

Se fue.

Lo que se va, se fue. Quizás en un futuro te pueda pasar algo parecido pero sabes que lo que se fue nunca volverá. Hubo un tiempo en el que pensé que lo hacías todo bien, que pensabas en mí tanto como yo lo hacía en tí. Pensé que todo era casi perfecto porque si somos realistas la perfección no existe, pero eras lo más parecido a ella, sin mentiras ni errores. Sin nada por lo que poder llorar. Ilusa de mi pensé que lo darías todo por mí, y es que en definitiva eso significa amar, o por lo menos eso dicen.
Pero fue fácil para tí desvanecer esa ilusión, romperme el corazón y pasar de mí como si de un juguete inservible se tratara. Te quise, mucho por cierto. Te convertiste en lo mejor que me había pasado en la vida, al menos por un momento lo fuiste, pero ahora me doy cuenta que realmente lo mejor de mi vida, ha sido que tú desaparezcas de ella.

Queda prohibido.

Te prohíbo fingir. Te prohíbo dejar de soñar y mantener los pies en la tierra. Te prohíbo dejar de pensar en el presente, en el "hoy" para pensar en las consecuencias que tendrán tus actos mañana. No pienses en lo que podrás sentir dentro de dos o tres días, piensa en lo que sientes cada momento sin importarte nada más. Te prohíbo acercarte a mí si tus intenciones son dañarme, te prohíbo ignorarme cuando pasas a mi lado o tomarme por idiota por las tonterías que suelo hacer a diario, pero sobretodo te prohíbo que me beses por costumbre o ley, y sin sentimiento. Te prohíbo decir la palabra "imposible" y por qué no, también te prohíbo tener miedo al fracaso. No te digo que no vayas a fracasar nunca, porque todo el mundo ha fracasado, fracasa o fracasará en algo alguna vez en su vida, pero después de una tormenta siempre llega la calma, después de un largo día de lluvia siempre aparece el sol, el arcoiris. Por eso te invito a ver todo más claro, a luchar por lo que quieres y conseguir tus objetivos, te invito a reír y no perder la sonrisa, te invito a hacer feliz a los que tienes a tu alrededor y a hacerte feliz a ti mismo.

Ella.

Me he propuesto aprender idiomas. Creo que necesitaría saber hablar todos los idiomas del mundo para tener palabras suficientes que expresen lo imprescindible que eres en mi vida y lo mucho que has llegado a influir en ella. ¿Sabes? Llevaba mucho tiempo preguntandome qué se sentiría al tener al lado a una persona con la que poder contar para todo, o una persona que no me juzgase por las cosas que en cualquier momento pude hacer mal. Ahora sé lo que se siente, sé que he encontrado a esa persona, a la que simplemente con una llamada de teléfono es capaz de hacerme sonreir.
No siempre hemos sido amigas, pero ya son muchos años y siento que ahora es mucho más que eso. No es simplemente ser amigas, para nosotras eso se nos queda corto, pequeño y fácil. Lo que nosotras tenemos es mucho más y requiere paciencia y enfados, quereres y tolerancia, conocernos a la perfección, complicidad. El saber que puedo contar contigo en cualquier momento, estés donde estés, por el simple hecho de ser tú. Y recuerdos, muchos recuerdos que llenan mi mente, que me han formado como persona y que han hecho que formes parte de mi mundo.
Por eso, lo que te pido es fácil, sé que este año nuestra vida empieza una nueva etapa, una etapa en la que los cambios son evidentemente muy grandes, pero te pido que cuentes conmigo siempre que lo necesites, que me quieras y que por supuesto sepas que tienes una casa en Salamanca, aún no sé si tendrá un buen sofá donde ver pelis y comer helado de chocolate, pero sé que será un lugar en el que serás bienvenida cada día.
Se que muchas veces he extrañado a muchas personas porque se iban de vacaciones en verano o por lo que fuese, pero se que este año voy a aprender a extrañar más de lo que nunca he extrañado a nadie, porque voy a extrañar tus abrazos, el poder quedar con alguien a cualquier hora para lo que sea, la complicidad de miradas, las risas en clase, el ir de compras, la cara de "tengo algo que decir que no digo". Cualquier momento contigo sería digno de mención, cada sonrisa, cada abrazo, cada aventura, cada lágrima...podría pasarme la vida entera escribiendo pero prefiero descolgar el teléfono, llamarte, y hacer la lista más larga.
Eres genial, única, especial.
Te quiero, te adoro y todas esas cosas que se suelen decir y que ya sabes.

¿No dicen eso?

Hojeando páginas de mi álbum de fotos me doy cuenta de lo mucho que he crecido, de todas la experiencias que he vivido y de que gran parte de ellas han girado en torno a él. Él. Aquel que miles de noches me ha acompañado en mis sueños. Aquel por el que he luchado y seguiría luchando si me quedasen fuerzas para hacerlo y si no me hubiese dado cuenta de que no merecía la pena. Aquel que se ha burlado de mi y me ha enseñado que mi vida no debe depender de nada ni de nadie... Aquel que me ha demostrado que pensar en él ha sido una gran pérdida de tiempo.
No estoy enamorada, pero lo he estado y se lo que es el amor, al menos el no correspondido. Se perfectamente lo que es darlo todo por alguien y recibir lágrimas a cambio, se lo que es perder la coraza y bajar la guardia que protege tu corazón de intrusos que solo pretenden abusar de ti y hacerte daño, se lo que es recibir promesas vacías y perder la esperanza de encontrar el amor de tu vida. Se lo que es ver su foto después de algunos años y sentir algo extraño por dentro.
Puedo pecar de ilusa pero no pierdo la esperanza, se que el amor existe y que encontraré a la persona adecuada, aquel que me coma con la mirada y que planee nuestra vida juntos, aquel que se la juegue por mí y me trate como la princesa de cuento de hadas que en definitiva todas llevamos dentro. Aquel que me haga olvidar mis penas y enfados, y que llene mi vida de alegría, de color. Aquel que no rompa mi ilusión y que me tenga siempre entre sus brazos. Aquel que me haga sonrojar al susurrarme al oído un "te quiero", o que se muera por besarme o estar conmigo.
Tengo la esperanza de que encontraré a esa persona. Se que algún día me tocará a mi disfrutar del amor, sentir esas...mariposas en el estómago por alguien y que ese alguien las sienta por mi al mismo tiempo, por eso he comprado un álbum nuevo que pretendo llenar con fotos que utilizaré como prueba para demostrar que algún día lo conseguí. La esperanza es lo último que se pierde, ¿no dicen eso?.

Más que todo eso.

Desde que nuestras almas se alcen firmes, en silencio, frente a frente, cada vez más cerca, hasta que ardan nuestras alas extendidas y se abrase cada rincón de su cuerpo, sus curvas.
¿Que mal amargo puede el mundo causarnos si nos tenemos el uno al otro?
Deboraremos nuestro paso por la tierra, huiremos del capricho cruel de los hombres que arrinconan los espíritus puros, inventaremos juntos un lugar lleno de luz donde resistir, donde amarnos siquiera por un día.
- ¿Qué te pasa?
+ No es justo, no puedes desaparecer e irte sin más.
- Eh..pero ahora estamos juntos, eso es lo único que importa.
+ ¿Ahora? Sí, ahora estamos juntos pero... ¿y luego qué?
- ¿Luego? no pienses en "un luego", ya te lo dije, te amaré más allá del final de los tiempos.

Largo aprendizaje.

Con el tiempo aprendes a caer y volver a levantarte, cada caída te hace más fuerte y eso a la larga es bueno. Con el tiempo aprendes que no todo lo que se quiere se consigue, aprendes que en tu vida cometerás muchos errores que al mismo tiempo te harán aprender a caminar por ti mismo sin tambalearte. Aprendes que ilusionarte a veces es la única manera de llevarte decepciones. Aprendes que el fuego quema y que el agua en exceso ahoga. Aprendes a necesitar el aire, y también aprendes que para conseguir lo que uno quiere hace falta luchar con uñas y dientes. Con el tiempo aprendes a amar y a llorar desconsoladamente por un amargo desamor. Aprendes a decir te quiero y a hacer oídos sordos a lo que la gente opine de ti. Aprendes que las heridas, por muy grandes que sean, terminan sanando. Aprendes a evadirte del mundo a través de la música, o a taparte con las sábanas de tu cama cuando tienes miedo. Aprendes que solo arriesgando se puede llegar a ganar, y también que tu vida es tuya y de nadie más. Aprendes a vivir el día a día, a no pensar en las consecuencias que puedan tener tus actos. Con el tiempo aprendes que cualquier día es bueno para aprender algo nuevo, y sobretodo que cualquier día es bueno para intentar ser feliz.

Definiciones inexactas.

La Real Academia Española define la palabra amor como un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Según mi punto de vista sería bastante difícil dar una definición exacta de lo que significa la palabra amor. El amor es un sentimiento demasiado grande que abarca aquello que sientes por muchas personas diferentes, empezando por tu familia y terminando por todos y cada uno de tus amigos.
Pero además, hay un tipo de amor mucho más fuerte, un amor único. Ese amor que nos hace sentir especiales, nos hace volar y sentir cosas inexplicables. Se trata de aquel amor que nos queda sin palabras y que al mismo tiempo nos impulsa a gritar a los cuatro vientos un millón de cosas a la vez y sin sentido. Aquel que nos hace sonreír como bobas y sin razón. Aquel que nos hace pensar demasiado y al mismo tiempo dejar de pensar para guiarnos simplemente por el corazón.
Aquel amor que nos mantiene muchas noches en vela, y que por otro lado también nos hace soñar. Aquel sentimiento que nos hace sentir, que nos hace crecer, madurar, creer, reír, llorar, y vivir mil y una emociones diferentes. Aquel que de diferentes maneras condiciona nuestras vidas y toma el rumbo de ellas, porque para mí no existe una vida sin amor, y porque toda vida depende de él.

Pequeñas cosas.

Ayer no fue el mejor día de mi vida, no se si porque simplemente se dió así, o porque como me suele decir mi madre: pongo el parche antes que la herida...
Pero hoy... hoy tengo ganas de reir, de ser fuerte. Me he dado cuenta de que muchas veces los planes que haces en la vida no saldrán según lo esperado, pero también he aprendido que no todo es cuestión de planear. Hay pequeñas cosas que no se organizan previamente y que te hacen sentir bien, especial, que te provocan el reír a carcajadas o que aportan un granito a tu felicidad. Es como cuando ves una estrella fugaz o cuando suena tu canción favorita en la radio, cuando coincides con alguien conocido en clase al comienzo de un nuevo curso o cuando recibes un regalo, cuando te despiertas una mañana y hace sol o cuando tienes un gran sueño del que no te gustaría haber despertado. Siempre habrá personas que lleguen inesperadamente a tu vida, situaciones que se den de forma repentina y cosas que nos resulten insignificantes a simple vista pero que en el fondo y a la larga suelen ser las mejores.

Hoy me toca a mi.

No puedo evitar el estar todo el día riendo. Lo hago sin parar hasta que me duelen los mofletes. Se que soy demasiado cabezota, inimaginablemente dormilona y bastante distraída. Me considero valiente ya que prefiero hacer frente a algo antes que salir huyendo. A veces me desespero y hasta yo sola me saco de quicio. Puedo ser rara, bipolar, alocada o impulsiva, lo sé, pero me gusta ser así. Me gusta ponerme el despertador diez minutos antes para despertarme y tener la satisfacción de pararlo y poder seguir un ratito más en la cama. Me gusta que el viento me roce la cara, o sentir el césped en mis pies descalzos. Me gusta salir de la ducha y dibujar corazones en el espejo con el dedo. Me gusta bailar como una loca hasta que mis pies no pueden más, o cantar delante del espejo con un cepillo como micrófono. En verano me encanta pasarme las horas muertas leyendo, o tumbarme en el patio y tomar el sol por el día y mirar las estrellas de noche. Me gusta el paisaje otoñal y ver la lluvia caer a través del cristal, aunque reconozco que siempre he querido bailar bajo ella. Me gusta el azul y las rosas blancas. No me gusta discutir pero me encantan las reconciliaciones.
Soy una persona optimista, me gusta fijarme en los pequeños detalles que tiene la vida. Digo cosas de las que después me arrepiento y cometo miles de errores, pero siempre miro hacia delante y sigo caminando, aprendiendo. Sé que a veces soy infantil, o inmadura, o incluso llego a ser pesada haciendo continuamente el tonto. No suelo hacer lo que todo el mundo espera que haga, me gusta sorprender, y sorprenderme a mi misma. Nunca dejo de luchar por aquello que quiero porque se que nada es fácil. Nunca he sido de esas personas que se ilusionan por tonterias, aunque reconozco que es divertido imaginar o pedir deseos con la esperanza de que algún día se cumplan.
Me gusta vivir la vida loca a mi manera, y si una cosa tengo clara es que para ser feliz hay que arriesgar, hay que saltar al vacío y dejarse llevar para conseguir lo que quieres. Siempre que puedo me subo a lo más alto de la locura, porque no hay nada como disfrutar de la vida sin importarte nada más, porque un día me di cuenta de que todo es caer y levantarse, y volver a caer y volver a levantarse, la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, abrazar a quien te abrace, y besar solo a quien tú quieres. Se que soy la persona más impredecible que hay, pero me da igual, porque ser así es lo que me hace única, y eso de ser única me encanta.