martes, 2 de julio de 2013

Distancia.

A veces la distancia te hace valorar aún más lo que tienes. Te hace ver lo mucho que necesitas a alguien, lo mucho que sientes por esa persona y, en definitiva, lo mucho que la quieres.
Y no es que cuando estás a su lado no lo sepas, que también, sino que la necesidad y las ganas de abrazarle aumentan muchísimo cuando estás lejos, tanto que incluso podría decirse que se multiplican por diez mil.
Me gustaría que estuviese aquí, a mi lado, dándome esa seguridad y esas ganas de sonreír que solo él es capaz de darme. Abrazándome y susurrándome al oído que todo irá bien. O haciéndome cosquillas y elevándome a las nubes como solo él sabe.
Con la distancia te terminas dando cuenta de que si por ti fuese, no te separarías de esa persona ni un solo segundo.
Y es que lo necesito, aquí allí o en la Conchinchina.
Y lo quiero, eso es un hecho.



martes, 7 de mayo de 2013

Querida mamá...


Querida mamá,

quizás nunca te lo haya dicho, pero quiero que sepas que me siento orgullosa de ti, orgullosa de tener una madre de la que poder presumir, y orgullosa de esa sonrisa tuya tan bonita que tienes.

Por eso, hoy quiero aprovechar para darte las gracias.

Gracias mamá, de corazón, por darnos la vida que nos has dado, tanto a mí como a mi hermano. Junto a papá, claro está.

Gracias por haber formado esta gran familia, y por mantenerla viva cada día. Por cuidarnos a cada uno y por darnos tu ayuda incluso cuando nos molestamos porque la ofreces.

Gracias por comprendernos, por conocernos y por preocuparte cuando nos has visto mal. Por escucharnos y aconsejarnos, por abrazarnos cuando lo hemos necesitado. Y por ayudarnos a encontrar la solución a todos nuestros problemas.

Siempre has sabido qué hacer, qué decir y como sacarnos una sonrisa.

Mamá, gracias a ti, mi hermano y yo, somos ahora quiénes somos y como somos, y eso, créeme,  es de agradecer. Hemos crecido aprendiendo de ti, de tus valores, y tú, junto a papá, nos habéis hecho ser mejores personas.

Recuerda siempre que nos encanta como eres, con tus virtudes y tus defectos.

Espero que disfrutes muchísimo de tu día mamá.

¡FELICIDADES!

domingo, 24 de febrero de 2013

Todo.

Corazones que se aceleran, murallas que se caen, cohetes que se disparan. Cierras los ojos, besas, te dejas llevar. Sientes. Escalofríos, piel de gallina. Vives. Extrañas. Y aparece el miedo, el miedo a perderle. Discusiones. Risas. Momentos que no cambiarías por nada en el mundo. Olores. Sentimientos. Mantas. Días, días y también noches. Muchas noches. Caricias. Abrazos que te reconfortan. Abrazos que te dan la vida. Abrazos, abrazos y más abrazos.

Constancia,

Hubo un tiempo en el que creí que jugar a alcanzar metas era simplemente cosas de niños. Que jamás llegaría a conseguir nada de lo que me propusiese y que era inútil esforzarse.
Siempre he sido insegura y poco entregada a conseguir algo, lo reconozco.  Pero me he dado cuenta de que la constancia es algo muy importante cuando se quiere alcanzar cualquier objetivo. Además de la confianza en ti mismo, eso está claro.
Ahora me miro y veo una persona diferente. Una persona feliz que ha llegado muy lejos. Empezando por estar aquí, en Salamanca, con casi media carrera acabada, y terminando por temas como poner mi rodilla en forma y todo mi cuerpo en general.
Si se quiere, se puede, es lo que quiero deciros. Que luchéis, que seáis constantes a la hora de conseguir vuestros propósitos, que alcanzar vuestras metas y vuestros sueños, da una satisfacción que no se puede expresar con palabras.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Cuéntame al oído.

Hoy quiero que me cuentes que es lo que sientes cuando escuchas la palabra "amor". Sé que se trata de un escalofrío enorme que recorre tu cuerpo de arriba a abajo, ¿verdad?, lo que no sé es si será por respeto, por miedo o por ilusión, pero es lo que sientes, estoy segura. Es más, también sé que se trata del mismo escalofrío que sientes cuando esa persona tan especial roza por un segundo tu piel. Cuando te besa lento, rápido o de cualquier manera habida y por haber. O cuando te abraza, te mira o te dice "te quiero".
Quiero que me cuentes también las veces que has deseado que se detuviese el reloj para no tener que separarte de él, y las veces que has maldecido a vuestro enemigo el tiempo que siempre andaba haciendo de las suyas. Cuéntame que estás convencida de que merece la pena que te enrede en su cuerpo y te haga sentir protegida de cualquier mal, y que te mime y te cuide como nunca antes lo habían hecho. 
Cuéntame además que esto que sientes va mucho más allá de una mera atracción. O si en tu cara se puede ver el dibujo constante de una sonrisa agradecida y feliz. Cuéntame si realmente deseas que nada ni nadie os separe jamás. Si tienes miedo a perderle. Y lo más importante, cuéntame que hay algo que te dice constantemente que es él quien puede hacerte feliz.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Fuerza y sonrisa.

Sí, he cambiado, y lo peor es que he cambiado para mal.
Todo eso que escribía sobre "no al miedo" o "vive la vida de forma positiva", ¿dónde está?.
Me siento débil, con miedo y preocupaciones absurdas que me hacen perder el tiempo dándole vueltas a la cabeza, o incluso derramar alguna que otra lágrima en vez de disfrutar.
Sí, he cambiado, pero estoy dispuesta a volver a ser yo, esa chica que no se asustaba por nada, la que quería comerse el mundo, la de antes. Y lo voy a conseguir.
Todos tenemos al típico Pepito Grillo que te da consejos y que, aunque te haga reír de formas un poco peculiares, no se cansa de estar siempre ahí, contigo, a tu lado. Es el que me anima ahora mismo, el que cambia lágrimas por sonrisas y miedos por fuerza, el que me hace sentirme bien en vez de sola, el que me quita las tonterías de la cabeza, el que se ríe de mí, pero también conmigo. Y eso, creedme que es lo que necesito. Porque sí, he cambiado, soy consciente, pero con su ayuda estoy convencida de que volveré a cambiar.

domingo, 19 de agosto de 2012

Quizás sea yo.


Quizás sea yo.
Me empeño en pensar que la gente está rara conmigo. Me como la cabeza, me desquicio, lloro, me enfado...¿y para qué? para nada. No sirve de nada. Al menos nada bueno...
Quizás debería dejar de pensar tanto, de tener miedo y como bien he dicho tantas veces, dejar que pase lo que tenga que pasar...
Pero es difícil, estoy cansada de que lo que "tiene que pasar" siempre sea algo malo para mí.
La gente se va, me deja en momentos en los que yo pienso que todo está genial, y sí, es evidente que tengo miedo. Miedo de que todo vuelva a pasar, y no una ni dos veces, sino siempre.
También es evidente que a veces puedo llegar a agobiar, pero yo también me agobio, me agobia perder a personas que lo son todo para mí, la desilusión, o el hecho de que me vuelvan a hacer daño.
Y lo siento, lo siento si soy pesada, arrogante o quisquillosa, pero hay veces que no puedo evitarlo. Como bien dicen, el miedo es libre y cada uno coge el que quiere.
Así que sí, lleváis razón, quizás sea yo.