martes, 29 de mayo de 2012

Salamanca

Llevo varios días dándole vueltas a lo mismo. Nueves meses, un curso, una nueva vida.
Cuando llegó la hora de venirme a Salamanca, no podía quitarme de la cabeza que quería volver, que esto no era lo mismo y que por muchas ganas que tuviese de venirme o por mucha gente que conociese aquí, nadie sería como ellos, mis amigos de toda la vida, mi familia...
¿Y ahora? ahora todo es diferente, me he dado cuenta de que esta experiencia ha sido única y de que aunque he estado alejada de muchas personas a las que quiero, ha sido uno de los mejores años de mi vida. He conocido gente a la que considero maravillosa y, creedme, no todo ha sido un camino de rosas, ni todo han sido sonrisas y fiestas, supongo que los malos momentos siempre estarán presentes en nuestras vidas...
Pero he aprendido mucho, y no solo sobre economía, que en definitiva es lo que he venido a hacer aquí, sino también de la vida. He aprendido que cada problema que se plantee puede llevar consigo una oportunidad, que si das, recibes, y que siempre habrá personas que se la jueguen por ti sin pedir nada a cambio. He aprendido a fijarme en los pequeños detalles, en los pequeños gestos que hacen que muchas personas de las que he conocido sean muy grandes para mí.
Y por eso voy a echar de menos esto en verano, porque las risas por skype, el tipico "¿qué me pongo para salir?", el "espera Lau que no llego a la hora!, las bobadas en el jilguero, las excusas, los paseos a las tantas de la madrugada, acompañado de un largo etc, son cosas que no cambiaría por nada en el mundo.


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